El péndulo de la literatura

by    /  October 25, 2012  / No comments

Foucault Pendulum from Tellus Science Museum, GA

Foucault Pendulum from Tellus Science Museum, GA. Photo: Daryl Clark.

La relación entre distintas generaciones literarias responde muchas a veces a un movimiento pendular: la nueva generación se mueve hacia el extremo opuesto de las posiciones estéticas, y a veces políticas, de donde se ubicaba la generación anterior. Es un movimiento casi natural, expresión de una lógica similar a la que rige las relaciones entre padres e hijos.

  1. Corkscrew, a column by Horacio Castellanos Moya
  2. Corkscrew is focused on Latin American issues. Literature, journalism and politics are the main concerns of this column. A corkscrew is useful only if it opens a bottle, hopefully full of something that would enlighten our spirits, but we could also set loose a cruel Genie or a rotten wine. The author will follow this principle: look for topics that open debates, new perspectives, and controversy. Cheers!
  3. Horacio Castellanos Moya
  4. Horacio Castellanos Moya is a writer and a journalist from El Salvador. For two decades he worked as a journalist in Mexico, Guatemala, and his own country. He has published ten novels, five short story collections and two books of essays. He was granted residencies in a program supported by the Frankfurt International Book Fair (2004-2006) and at City of Asylum/Pittsburgh (2006-2008). In 2009, he was a guest researcher at the University of Tokyo. Currently he teaches at the University of Iowa.

Roberto Bolaño decía que los escritores nacidos en la década de los 50’s conformaron la última generación que vivió el sueño de la revolución, la utopía del socialismo como remedio a los males que padecen las sociedades latinoamericanas. No se si este aserto sea aplicable a todos los escritores de esa generación nacida en la década de los 50’s, a la que yo pertenezco, pero de lo que sí estoy seguro es que fuimos la última camada literaria que se formó en el contexto o mejor dicho al fragor de la Guerra Fría.

Eso significa que muchos de nosotros nos formamos como escritores en medio de una fuerte contradicción: por un lado, admirábamos la literatura estadounidense, y por el otro, sentíamos repulsión por los gobiernos de Estados Unidos que durante décadas apoyaron y promovieron a las peores dictaduras y los más siniestros crímenes políticos y genocidios en Latinoamérica. El mismo Bolaño admiraba a Jack Kerouak y los beatniks, pero quienes lo metieron preso en Chile en 1973 fueron aquellos milicos criminales apoyados activamente por Nixon y Kissinger, y los votantes que los llevaron al poder.

Las generaciones que vinieron después, y que irrumpieron cuando la Guerra Fría estaba en sus estertores, ya no padecieron esta contradicción y centraron sus energías en tomar distancia y tratar de diferenciarse –en términos de planteamientos literarios y políticos– tanto del llamado Boom, encabezado por García Márquez y Vargas Llosa, como de la generación nacida en los 50’s que vivió los últimos momentos de la utopía revolucionaria. Un movimiento llamado Crack y otro llamado Mc’Ondo, de escritores nacidos en los 60’s, se fueron hasta el otro extremo del péndulo: el primero reivindicó su derecho a escribir una literatura no-latinoamericana, con obras ubicadas en Europa y escritas como si los autores fuesen europeos, mientras que el segundo se formó en el corazón mismo de Estados Unidos apelando a los valores de consumo de esta sociedad.

Todo parece indicar que otro movimiento pendular ha comenzado a tener lugar con los jóvenes escritores nacidos a partir de la década de los 70’s, aunque aún sea pronto para distinguir una tendencia dominante. Por un lado, varios de estos escritores reivindican una literatura de la intimidad, alejada de conflictos sociales y políticos; por el otro, están aquellos que, a partir de esa intimidad, han vuelto la vista hacia las dictaduras militares padecidas en Latinoamérica en la época en que ellos nacieron y vivieron su infancia.

Por supuesto que observar la literatura a través de sus movimientos pendulares conlleva un alto grado de esquematismo. Casi todo buen escritor trata de romper las reglas que hereda y que lo condicionan, y los mejores casi siempre son aquellos que van en contra de su misma época y de sus contemporáneos generacionales.

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