The First Book of the End of Castroism (Spanish Text)

by    /  April 1, 2014  / No comments

Oswaldo Payá

Cuban dissident and opposition party leader Oswaldo Payá in an interview before his death. Photo: Youtube user CubaMoneyProject

La editorial Anaya, en Madrid, acaba de publicar el primer libro del final del castrismo: del castrismo entendido como mito de la izquierda intelectual. A partir de ahora, no se puede simpatizar con la dinastía Castro sin ser un cómplice criminal.

  1. ¿Vale la pena enfocarse en las imágenes y palabras escapadas de la última utopía viviente en la Tierra? ¿Es la Cuba de hoy un país contemporáneo u otro idilio idiotlógico en el desierto ladinoamericano? ¿Nostalgia post-Guerra Fría con culpa o complicidad del Primer Mundo? ¿Cabe confiar que una Rewwwolución en Red removerá al régimen retrovolucionario de 1959? Aspiro a provocar más dudas que certezas. Leer o no leer: he aquí la cuestión.
  2. Orlando Luis Pardo Lazo nació en La Habana de 1971, donde aún reside y resiste. Como bloguero independiente, es escritor y fotógrafo. Su más reciente libro de ficción se llama BORING HOME (Garamond, 2009). Desde 2010 es el editor el e-zine literario y de opinión VOCES.

Se llama “Muerte bajo sospecha” (2014), y es el testimonio del joven político español Ángel Carromero, testigo de un doble asesinato de Estado cometido en Cuba el 22 de julio de 2012. En ese atentado murieron el activista de derechos humanos Harold Cepero y el fundador del Movimiento Cristiano Liberación, Oswaldo Payá (Premio Andrei Sajarov para la Libertad de Consciencia del Parlamento Europeo 2002).

Carromero manejaba un auto alquilado a una agencia turística, en compañía del político sueco Jens Aron Modig, y de los cubanos Cepero y Payá. Se dirigían desde La Habana hacia Santiago de Cuba. Poco después del mediodía, fueron sacados de la carretera por otro auto. Nadie resultó herido. De inmediato, se les encimó un grupo de hombres no identificados y en ropa civil. Los extranjeros fueron llevados en furgonetas independientes al hospital de Bayamo, tomado por oficiales del ejército y la policía. Horas después, Cepero y Payá estaban muertos. La identidad de estos hombres que transportaron a dos sobrevivientes y a dos víctimas fatales jamás ha sido aclarada por el gobierno cubano. Ni siquiera se indagó por ellos en el juicio que, meses después, condenó a 4 años de cárcel por “homicidio imprudente” al chofer español.

Esta es la esencia del relato de Carromero, la misma que él y Modig transmitieron in situ por sms, antes de que les quitaran los teléfonos extranjeros en el propio hospital y los mantuvieran incomunicados, a pesar de los reclamos de la familia de Payá y Cepero de entrevistarse con ambos.

“Muerte bajo sospecha” resume estos y muchos otros detalles. Lo más siniestro es que se trata del testimonio de un condenado a muerte, pues Ángel Carromero cuenta que, antes de ser finalmente deportado a su patria para expirar su condena en España (en diciembre 2012), un oficial de la Seguridad del Estado cubana le advirtió que si contaba la verdad, sería ejecutado extrajudicialmente también.

Carromero ya contó la verdad, por lo que su muerte será inexorable y accidental (a menos que antes mueran los hermanos Castro), cuando menos se lo espere la opinión pública mundial. Y justo cuando más le parezca inverosímil a la izquierda intelectual, que ya ha comenzado a estigmatizar a este joven político del Partido Popular, incluso con actos de repudio al peor estilo castrista.

Pero la conciencia de Ángel Carromero ya puede descansar en paz. El pueblo cubano debe expresarle agradecimiento por su coraje. Con este testimonio se inaugura la era del post-castrismo, donde Revolución y Crimen-sin-castigo serán sinónimos a perpetuidad.

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