Latin American Writers and the Crisis in Spain Pt. 2 (Spanish Text)
by Horacio Castellanos Moya / March 28, 2013 / No comments
En mi anterior columna me referí a la posibilidad de que la crisis económica y social que padece España pueda afectar el papel jugado hasta ahora por las dos principales ciudades españolas (Madrid y Barcelona) como metrópolis literarias para los escritores latinoamericanos. También mencioné que para que tal hecho suceda tendría que producirse una fractura importante en la industria editorial en lengua castellana.
- Corkscrew is focused on Latin American issues. Literature, journalism and politics are the main concerns of this column. A corkscrew is useful only if it opens a bottle, hopefully full of something that would enlighten our spirits, but we could also set loose a cruel Genie or a rotten wine. The author will follow this principle: look for topics that open debates, new perspectives, and controversy. Cheers!
- Horacio Castellanos Moya is a writer and a journalist from El Salvador. For two decades he worked as a journalist in Mexico, Guatemala, and his own country. He has published ten novels, five short story collections and two books of essays. He was granted residencies in a program supported by the Frankfurt International Book Fair (2004-2006) and at City of Asylum/Pittsburgh (2006-2008). In 2009, he was a guest researcher at the University of Tokyo. Currently he teaches at the University of Iowa.
Pero lo que ha sucedido hasta la fecha con la industria editorial española no revela una fractura, sino que manifiesta las mismas tendencias que se experimentaron en otros países latinoamericanos cuando fueron víctimas de una crisis económica semejante, en especial en Argentina y México a finales del siglo pasado, y que ya venían expresándose desde hace varios años en España. Por un lado, la tendencia a la concentración en las grandes corporaciones: esto significa que las editoriales independientes –en especial aquellas de mediana envergadura– hacen alianzas con las corporaciones para garantizar su viabilidad o son de plano fagocitadas por estas. Todo parecen indicar que las corporaciones que hasta la fecha han controlado la mayor tajada del mercado literario en lengua castellana desde España lo seguirán controlando, y quizá con mayor fuerza, tratando de imponer sus criterios de valor y de gusto. Los tiempos corren a su favor: el signo de la época es la tendencia a la concentración y la uniformidad en los diferentes órdenes de la vida, hasta que todo el modelo reviente, si es que alguna vez eso sucede.
Por otro lado, como siempre en el juego de los opuestos, paralelamente a esa concentración se produce otra tendencia emergente marcada por la dispersión y la variedad: el surgimiento de pequeñas editoriales alternativas con prestigio y presencia nacional –y también con gran libertad para arriesgarse a publicar autores nuevos o que no encajan en los criterios de los grandes grupos–, pero con escasa, sino nula, capacidad de exportación y sin posibilidades de competir en el mercado regional. Desde una plataforma editorial nacional, el escritor latinoamericano seguirá padeciendo la balcanización del mercado regional, aunque el Internet haya venido a subsanar informativamente esa situación. Quiero decir: me puedo informar en la red de que una pequeña editorial de Chile, Argentina, Ecuador, España o cualquier otro país, ha publicado un libro que despierta mi interés, pero conseguir ese libro seguirá siendo igual de difícil si no estoy en ese país.
Pareciera que la crisis económica española no modificará estas tendencias editoriales, lo que sí sucederá es que Latinoamérica tendrá un porcentaje de mayor peso en el mercado del libro literario en lengua castellana, pero no tanto por un crecimiento propio sino más bien por la contracción de la demanda en España.
La crisis afectará también el rico intercambio que venía produciéndose entre escritores latinoamericanos y peninsulares, gracias a la intensa actividad de instituciones españolas como la Casa de América, el Instituto Cervantes y la Residencia de Estudiantes, entre otras. La drástica reducción de los presupuestos de estas instituciones ha acabado con tal intercambio. Madrid seguirá siendo Madrid, pero volverá a quedar lejísimos para aquellos escritores latinoamericanos que no son paseados por su éxito en el mercado. Y no se ve en el horizonte una capital latinoamericana que venga a tomar el relevo.