#OccupyLASA (Spanish Text)
by Orlando Luis Pardo Lazo / June 12, 2013 / No comments
Durante años, el latinoamericanismo académico en USA significó un izquierdismo político que ninguneaba a quienes no acatasen las órdenes de la Revolución cubana. Muchos intelectuales de la Isla fueron excluidos de las cátedras de estudios latinoamericanos sólo por residir en el exilio tras sufrir represión en nuestra patria.
Los congresos de Latin American Studies Association (LASA) tampoco escaparon del apartheid ideológico, pues a la delegación oficial sólo podían sumarse aquellos nombres autorizados por el gobierno cubano, y las ponencias aprobadas por el jurado internacional nunca contradecían la retórica propagandística revolucionaria.
El XXXI evento LASA 2013 en Washington DC (Mayo 29 / Junio 1) fue la excepción. Varios activistas de derechos humanos residentes en Cuba, de viaje por el mundo tras la eliminación de los Permisos de Salida, se inscribieron por internet mientras una etiqueta recorría las redes sociales: #OccupyLASA.
Acaso como respuesta, algunos catedráticos oficialistas de la Universidad de La Habana (Juan Triana, Jorge Mario Sánchez, Carlos Alzugaray, junto a colegas norteamericanos como John Kirk de Dalhousie University, más diplomáticos cubanos y personal de Seguridad del consulado) hicieron un “acto de repudio” contra el investigador Ted Henken de Baruch College (Nueva York), sólo porque se interesó por el economista Omar Everleny Pérez, destituido sin explicación en Cuba e impedido de viajar a pesar de estar en el programa de LASA.
Sin embargo, paneles como “Los afrodescendientes en la nación cubana”, contaron con las voces críticas de Manuel Cuesta Morúa, Juan Antonio Madrazo, Leonardo Calvo y Rafael Campoamor, quienes cuestionaron desde la teoría y la práctica el carácter antidemocrático del régimen de La Habana y las perspectivas de una transición democratizante.
Tales temas fueron inéditos en LASA durante décadas, por lo que en el 2013 allí se empezó a hacer historia: a partir de ahora el congreso deberá ser menos un gueto cómplice para ilusos ideológicos y tendrá que reflejar la totalidad intelectual de nuestra nación.