Miami, My Love (Spanish Text)
by Orlando Luis Pardo Lazo / April 29, 2013 / No comments
Después de décadas de propaganda criminal por parte del Estado cubano, aterricé en una Miami de lujo y libertad.
En La Habana, donde por doquier las pancartas anuncian que estamos en “la capital de todos los cubanos”, las consignas gubernamentales no se cansan de repetir que vivimos en un país “bloqueado por el imperialismo yanqui”, y que el eje de todos nuestros males se esconde violentamente en Miami, donde una “mafia” de ciudadanos de “origen cubano” se afilan los colmillos para reconquistar la Isla y desintegrar nuestra nación (vendettas políticas, reclamación de propiedades, “licencia de tres días para matar”, etc.: tales son, según la prensa del Partido Comunista de Cuba, las perspectivas de una Cuba sin Castros).
- ¿Vale la pena enfocarse en las imágenes y palabras escapadas de la última utopía viviente en la Tierra? ¿Es la Cuba de hoy un país contemporáneo u otro idilio idiotlógico en el desierto ladinoamericano? ¿Nostalgia post-Guerra Fría con culpa o complicidad del Primer Mundo? ¿Cabe confiar que una Rewwwolución en Red removerá al régimen retrovolucionario de 1959? Aspiro a provocar más dudas que certezas. Leer o no leer: he aquí la cuestión.
- Orlando Luis Pardo Lazo nació en La Habana de 1971, donde aún reside y resiste. Como bloguero independiente, es escritor y fotógrafo. Su más reciente libro de ficción se llama BORING HOME (Garamond, 2009). Desde 2010 es el editor el e-zine literario y de opinión VOCES.
La verdad histórica es que desde 1959 nuestra nación fue desintegrada en cada uno de sus ciudadanos por la propia Revolución, que dividió los corazones de la familia cubana, sembró una paranoia atroz, abolió tanto a los mercaderes como a los templos de Dios, nos lanzó por cientos de miles hacia guerras internacionales de rapiña, y aún en el siglo XXI reprime sin misericordia cualquier opinión que disienta del monólogo oficial. Muerte, silencio, exilio, desmemoria: son hoy los cuatro jinetes del apoCUBAlipsis.
Pero también hay esperanza. Caminar y conocer a los cubanos de Cuba que habitan en Miami me permitió constatar que hay mucho de dolorosa nobleza en el alma diaspórica de la nación. Hay muchos valores extraviados en la Isla que se atesoran intactos aquí. Hay piedad por la patria perdida. Y también hay, por supuesto, su toque íntimo de intolerancia, como mismo la hay en Cuba y contra la cual todos tenemos día a día que luchar (y me incluyo antes que nadie, yo).
No sé si La Habana alguna vez consiga ser “la capital de todos los cubanos”. Por el momento, Miami ya se le adelantó al ser la Meca del “capitalismo de todos los cubanos”.