The New Man in Front of the New TV (Spanish Text)
by Orlando Luis Pardo Lazo / February 4, 2013 / No comments
A inicios de los 50’s, Cuba fue uno de los países pioneros en transmitir señales de televisión comercial.
- ¿Vale la pena enfocarse en las imágenes y palabras escapadas de la última utopía viviente en la Tierra? ¿Es la Cuba de hoy un país contemporáneo u otro idilio idiotlógico en el desierto ladinoamericano? ¿Nostalgia post-Guerra Fría con culpa o complicidad del Primer Mundo? ¿Cabe confiar que una Rewwwolución en Red removerá al régimen retrovolucionario de 1959? Aspiro a provocar más dudas que certezas. Leer o no leer: he aquí la cuestión.
- Orlando Luis Pardo Lazo nació en La Habana de 1971, donde aún reside y resiste. Como bloguero independiente, es escritor y fotógrafo. Su más reciente libro de ficción se llama BORING HOME (Garamond, 2009). Desde 2010 es el editor el e-zine literario y de opinión VOCES.
En enero de 2013, tras décadas de férrea censura estatal (que convirtieron a nuestra TV en un arma de sojuzgamiento ideológico), se ha autorizado en la Isla la transmisión en vivo de un canal foráneo: el bolivariano TeleSur, radicado en Caracas, aunque invadido por técnicos y presentadores cubanos.
Si bien se trata de un canal oficialista pro-Hugo Chávez y su radical Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), de todas formas nuestra audiencia ha reaccionado con entusiasmo ante una programación menos tediosa que la de los escasos canales locales.
Recientemente disfrutamos incluso del discurso de toma de posesión del presidente Barack Obama, algo inédito en este país que alardea de ser tan “culto” como “libre”, cuando en realidad sigue enquistado en la anacrónica retórica “anti-imperialista” de la Guerra Fría. En la práctica, padecemos de un analfabetismo audiovisual causado por el apartheid gubernamental que impide a los cubanos contratar TV satelital o una simple cuenta dial-up de internet.
Serán censurados en algún momento los contenidos de TeleSur o ya este canal forma parte del nuevo statu quo nacional? Habrá que esperar. Los límites de las reformas raulistas se juegan aquí un tanto a favor. De lo contrario, quedarán sólo como otra mascarada de lo que Oswaldo Payá definiera como el “cambio-fraude”.
Por el momento, el pueblo cubano, entre la apatía y la frivolidad, se apresta a su hobby favorito gracias a TeleSur: ver telenovelas del corazón y seguir las ligas de deporte profesional. Del tema de nuestros derechos humanos violados, tristemente la mayoría prefiere escapar.