Mi Arresto Express: Represión Molecular en Cuba
by Orlando Luis Pardo Lazo / September 17, 2012 / No comments
El 1ro de septiembre salí de casa junto con mi novia, en Lawton, pintoresco barrio de La Habana. Una patrulla y dos motos de la Seguridad del Estado me cerraron el paso. Estaban cazándome desde la noche anterior, supe después. Me esposaron sin explicación. Nos condujeron a la fuerza hasta una estación policial muy remota, donde estuvimos presos hasta la medianoche. Entonces me condujeron esposado hasta mi hogar, donde mi madre anciana se desesperaba por mí, pues las autoridades le habían mentido de que existía una acusación en mi contra por el delito de estafa.
- ¿Vale la pena enfocarse en las imágenes y palabras escapadas de la última utopía viviente en la Tierra? ¿Es la Cuba de hoy un país contemporáneo u otro idilio idiotlógico en el desierto ladinoamericano? ¿Nostalgia post-Guerra Fría con culpa o complicidad del Primer Mundo? ¿Cabe confiar que una Rewwwolución en Red removerá al régimen retrovolucionario de 1959? Aspiro a provocar más dudas que certezas. Leer o no leer: he aquí la cuestión.
- Orlando Luis Pardo Lazo nació en La Habana de 1971, donde aún reside y resiste. Como bloguero independiente, es escritor y fotógrafo. Su más reciente libro de ficción se llama BORING HOME (Garamond, 2009). Desde 2010 es el editor el e-zine literario y de opinión VOCES.
Tales arrestos express son muy frecuentes bajo la presidencia del General Raúl Castro. Ocurren al margen de la ley y sin reclamación estatal posible. Son intimidatorios, para coaccionar a los activistas de la sociedad civil y boicotear sus proyectos independientes.
Durante la visita de Benedicto XVI (marzo 2012) hubo un operativo casi de guerra civil, donde sumaron cientos los reprimidos, incluidos otra vez mi novia y yo. Entonces estuve dos días literalmente desaparecido (nunca me concedieron el derecho a efectuar una llamada). Pero esta vez logré discar desde mi móvil el número de la reconocida Yoani Sánchez (del blog Generación Y) y, aunque enseguida me despojaron del teléfono, la línea no se cortó y ella pudo twittear en vivo lo que nos ocurría en su cuenta @YoaniSanchez.
Esa visibilidad instantánea, la solidaridad internacional que provocó en las redes sociales, y el apoyo de un grupo de colegas que fueron hasta la estación para exigir un reporte policial de lo que ocurría, impidió que durmiéramos tras las rejas. Todavía se me humedecen los ojos al recordar la gratitud que sentí al saber que en Cuba algunos sí se indignan ante la injusticia. Necesito decirles “Gracias” en cada rincón de internet donde publico. Gracias por mí y por la Cuba sin represión física ni ideológica que ya estamos incubando en nuestros corazones y mentes.
El futuro es hoy.