Periodistas bajo ataque en Honduras mientras impunidad invade todo
by Dina Meza / February 24, 2017 / No comments
Los crímenes contra periodistas, comunicadores sociales y en general los trabajadores de la comunicación se han vuelto “una normalidad” en el país. Cuando matan a alguien de este sector el tema en los medios de comunicación dura una o dos semanas, después sale de la agenda pública. Paralelamente a ello, sucede lo mismo con los operadores de justicia que al principio actúan por la presión mediática y dicen que están haciendo grandes esfuerzos para llevar a los culpables a la justicia.
El reciente crimen contra el periodista Igor Padilla, del canal de TV HCH abrió nuevamente el tema de los asesinatos contra comunicadores sociales. Este hecho fue tan atroz que obligó la emisión de pronunciamientos de instancias internacionales entre ellas de la Oficina Alto Comisionado de Derechos Humanos en Honduras , la UNESCO y la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, que demandaron una investigación pronta que lleve a los responsables ante la justicia.
- Honduras tiene uno de los índices de asesinato más altos en el mundo. Es también uno de los
países más peligrosos para los periodistas, según el Índice de la Libertad de Prensa Mundial
2014, se ubica en el lugar 129 de 180. Los periodistas son amenazados, atacados, y asesinados
regularmente, a causa de su trabajo. El gobierno de Honduras falla para castigar a los que usan
la violencia contra los reporteros, esencialmente otorgándoles impunidad. Este espacio será
dedicado a examinar la falta de protección para los periodistas hondureños quée ejercen su
profesión. Los temas incluirán el uso de la publicidad patrocinada por el Estado como un
mecanismo para castigar o compensar publicaciones, y la censura y autocensura como
obstáculos hacia el progreso democrático. - Nacida en Cofradía, Honduras, Dina Meza ha sido reconocida por PEN Internacional, Amnistía Internacional, Índice de Censura y Periodistas sin Fronteras por su trabajo como periodista y defensora de los derechos humanos. Actualmente, Dina es la fuerza impulsora detrás de la creación del Centro PEN en Honduras. En el 2013, escribió “El Reinado del Terror” (“Reign of Terror”), un reportaje profundo sobre las amenazas a los periodistas hondureños, para la revista del Índice de Censura. En el 2014, fue nombrada una de los “100 Héroes y Heroínas de la Informacion,” por Reporteros sin Fronteras.
Desde el golpe de Estado en Honduras de junio de 2009 los crímenes contra este sector se incrementaron, igual sucede con la impunidad. Hasta el año pasado el Comisionado Nacional de Derechos Humanos, CONADEH, tenía documentados 64 crímenes, tres mujeres y 61 hombres, con el de Igor Padilla sumarían 65. Aunque las cifras difieren lo común es que no hay investigación, ideal sería desarticular la impunidad con la investigación pero ese parece un sueño largamente acariciado tanto por periodistas como por la sociedad en su conjunto.
Un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, publicado en febrero de 2016, señala que Honduras fue el número uno en crímenes contra periodistas en el 2015, al que consideraron un país pequeño de 8.5 millones de habitantes, entre naciones como México que tiene 126 millones; Brasil 208 y Colombia con unos 50 millones de habitantes, pero Honduras se ha establecido como el lugar donde más matan a periodistas, la relación de este delito con las respuestas gubernamentales coloca la impunidad en un 96 por ciento.
La muerte de Padilla desnudó un sistema de seguridad maquillado, al que se le presenta como la octava maravilla . Este sistema compuesto por un montón de fuerzas de seguridad han informado que ya resolvieron el caso, pero la falta de transparencia en las investigaciones y la desconfianza en estos aparatos represivos hace pensar a la ciudadanía que se trata de un montaje para callar las voces de protesta por este nuevo crimen.
También dejó en evidencia que el Estado de Honduras suscribe compromisos internacionales con la intención de no cumplirlos, tal es el caso del Examen Periódico Universal, EPU-2015, en Ginebra, Suiza, donde llegó una nutrida delegación del gobierno hondureño ante el Consejo de las Naciones Unidas de la ONU.
Esta instancia emitió 152 recomendaciones para el Estado, entre ellas unas 21 relacionadas con los periodistas y la libertad de expresión, señalando que se deben “tomar las medidas necesarias para mejorar la seguridad de los periodistas y defensores de los derechos humanos, y llevar a cabo investigaciones independientes y creíbles de los asesinatos de periodistas y amenazas que se produjeron en 2010, y llevar ante la justicia a los autores de esos actos condenables.”
Un análisis del abogado Joaquín Mejía, quien es muy acucioso y realiza investigaciones contundentes sobre diferentes temáticas de derechos humanos, señala que hay una atomización institucional en el país al extremo que se han creado 15 nuevas unidades militares y policiales . Si vemos la relación entre el enorme presupuesto para estas instituciones con los resultados en terreno, deja mucho que desear este extremo pues los dineros del pueblo se gastan en seguridad y estas fuerzas no dan el ancho contra la criminalidad.
Otra estructura creada es la Fiscalía de Delitos Contra la Vida y dentro de ella la Unidad de Investigación de Crímenes de Alto Impacto, la que se encarga de las indagaciones de asesinatos contra periodistas. Hasta la fecha no ha publicado ningún informe y no se sabe absolutamente nada de su accionar.
Las cosas en Honduras se avizoran peor para este año 2017 porque es un año electoral y peor aún si se suma el ingrediente de la reelección del actual presidente Juan Orlando Hernández y el paquete de reformas al Código Penal que éste impulsa para que se incluyan delitos orientados a reprimir la protesta social y a crear una figura de terrorismo confusa, que huele mal y que según organizaciones de sociedad civil aglutinadas en la Articulación 611 lleva dedicatoria para quienes protesten y se opongan a la reelección.
Hernández utilizó el crimen contra el periodista Igor Padilla para presionar sobre esas reformas haciendo acopio del miedo y elevando la imagen de las fuerzas de seguridad que él ha creado. Urgió al parlamento que apruebe las reformas sacadas del autoritarismo.
Hay un arma más poderosa que todo este clima de violencia, es la unidad contra la arbitrariedad, eso solo se puede lograr con mucho trabajo, empeño y despojo de protagonismos de la sociedad civil, de lo contario campeará el abuso de poder, ¿qué decidimos?