En Medio del Campo de la Impunidad en Honduras
by Dina Meza / November 10, 2015 / No comments
Escribo esta columna pensando en un campo donde hay siembra, y cuando se está preparando la cosecha hay alimañas que pueden entrar para pretender destruir, ese momento es crucial, el no dejar que se establezcan, es difícil pero no imposible.
- Honduras has one of the world’s highest murder rates. It is also one of the most dangerous countries to practice journalism, ranking 129th out of 180 in the 2014 World Press Freedom Index. Journalists are regularly threatened, attacked, and killed for their work. The Honduran government fails to punish those who use violence against reporters, essentially granting them impunity. This space will be dedicated to examining the lack of protection for Honduran journalists exercising their profession. Topics will include the use of state-sponsored advertising as a mechanism to reward or punish publications, and censorship and self-censorship as hindrances to democratic progress.
- Born in Cofradía, Honduras, Dina Meza has been recognized by PEN International, Amnesty International, Index on Censorship and Reporters without Borders for her work as a journalist and human rights advocate. Currently, Dina is the driving force behind the creation of Honduras PEN Centre. In 2013, she wrote “Reign of Terror,” an in-depth report on threats to Honduran journalists for Index on Censorship’s magazine. In 2014, she was named one of Reporters Without Borders’ “100 Heroes and Heroines of Information.”
En Honduras el pueblo ha estado preparando desde décadas su campo, cada vez las alimañas son más grandes, eso quiere decir que descuidamos los alrededores, nos quedamos en el centro, concentrados en la siembra, pero descuidamos lo que según nosotros es pequeño, sin embargo es el hueco por donde ha pasado la impunidad, la corrupción, la pobreza, los crímenes contra la disidencia política y en los últimos años el crimen organizado y el narcotráfico.
Actualmente es un campo minado, todas estas alimañas rondan la cosecha: los recursos naturales, la economía, a la gente en general para desestabilizarla y que no tenga esperanza, es un momento difícil para Honduras, es una crisis política, económica y en general de derechos humanos que tiene a la mayoría enardecidos porque quieren ya la cosecha.
El objetivo es destruir las alimañas, deben salir del campo y que la siembra quede limpia, aunque hay un asedio total contra los sembradores, en este caso contra el pueblo de Honduras, no obstante, no se debe perder el enfoque: terminar con la corrupción, castigar a los responsables de crímenes y otras graves violaciones a los derechos humanos, a los depredadores de la libertad de expresión e información, rescatar la riqueza nacional para que sea repartida igualitariamente, esta es una utopía que nunca debemos dejar de perseguir para que se vuelva realidad.
Los impunes se creen indestructibles, creyeron que mantendrían al pueblo engañado, desesperado porque no hay una luz al final del túnel , la equivocación de quienes tienen a Honduras en condiciones de miseria y pobreza, ha sido tan fuerte que ahora son ellos los que descuidaron su cosecha de inmundicia.
A lo largo de muchas décadas el pueblo de Honduras ha tenido que sufrir mucho, ha visto pasar su riqueza y verla repartida en unas cuantas familias, eso degeneró en pobreza para millones de personas.
En la década de los ochenta llegó a instalarse al campo de la siembra, la Doctrina de la Seguridad Nacional. Estados Unidos en contubernio con los militares y los grupos de poder que miraban en los movimientos revolucionarios centroamericanos una amenaza que podría terminar con su festín, se unieron a la estrategia geopolítica norteamericana, y procedieron a matar, desaparecer, torturar, vigilar y hacer perfiles de quienes se oponían a ese sistema.
Las familias de las víctimas lucharon contra toda campaña de desprestigio de sus familiares a quienes les llamaban terroristas que estaban en Rusia o en Cuba, los impunes creyeron que su estrategia desinformativa iba a triunfar, pero triunfó la verdad, los desaparecidos políticos estaban en Honduras, pero no vivos sino en tumbas clandestinas aún no descubiertas.
La impunidad cubrió el campo, la sociedad hondureña ávida de cambios presionó por establecer instituciones que iniciaron a castigar a los culpables, de esa forma se creó el Ministerio Público y el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, el problema está en que la siembra fue contaminada y la clase política y económica, y los militares violadores de derechos humanos, establecieron allí su reino para cubrirse de no ser castigados.
En el año 2009 con el golpe de Estado ya no solo les bastó tener bajo su mando esas instituciones sino que procedieron a quedarse con todas, los militares retornaron al control nacional introduciéndose en complicidad con esa clase política y económica, a instituciones estatales para controlar y de esa forma remilitarizar Honduras, otra vez en contubernio con los Estados Unidos que ha tenido una historia fatídica para fastidiar al país.
Vemos a los embajadores estadounidenses en Honduras tan empoderados de las tareas que les ha encomendado este imperio, que llegan al extremo de tal desfachatez de llegar y meterse a instituciones nacionales para tomar decisiones. En el caso de la embajadora Lisa kubiske, la anterior al actual James D. Nealon, ella en su mandato ejerció el control de Honduras. Hoy Nealon le sigue, y se entromete en cada cosa en el país, hasta en lo mínimo.
Pero la maldad no es eterna, el pueblo de Honduras tiene aún fe y ha creado diferentes frentes para atrapar a las alimañas, solo debe tener paciencia, vigilar el campo de la siembra para que ya nunca más se metan, atrapar a las que están dentro, y encerrarlas sin opción de salida. La unidad es la clave!