¡Cuba, la alegría ya viene…!
by Orlando Luis Pardo Lazo / August 31, 2015 / 1 Comment
Entre el 13 y el 15 de agosto ocurrió el milagro: el Primer Encuentro Nacional Cubano, organizado por Cubanos Unidos, una iniciativa ciudadana que acaba de lanzar ante el pueblo de Cuba —y la comunidad internacional— una campaña mundial a favor de un plebiscito en Cuba “con todos y para el bien de todos”, según las palabras del apóstol de la independencia cubana José Martí.
- ¿Vale la pena enfocarse en las imágenes y palabras escapadas de la última utopía viviente en la Tierra? ¿Es la Cuba de hoy un país contemporáneo u otro idilio idiotlógico en el desierto ladinoamericano? ¿Nostalgia post-Guerra Fría con culpa o complicidad del Primer Mundo? ¿Cabe confiar que una Rewwwolución en Red removerá al régimen retrovolucionario de 1959? Aspiro a provocar más dudas que certezas. Leer o no leer: he aquí la cuestión.
- Orlando Luis Pardo Lazo nació en La Habana de 1971, donde aún reside y resiste. Como bloguero independiente, es escritor y fotógrafo. Su más reciente libro de ficción se llama BORING HOME (Garamond, 2009). Desde 2010 es el editor el e-zine literario y de opinión VOCES.
Ocurrió este milagro muy cerca de Cuba, en otra islita hermana del Mar Caribe: en Puerto Rico. No podía ser en un sitio mejor, pues, como escribiera la boricua Lola Rodríguez de Tió un siglo atrás: “Cuba y Puerto Rico son / de un pájaro las dos alas. / Reciben flores o balas / sobre el mismo corazón.”
Nuestras islas, a pesar de sus destinos aparentemente opuestos, comparten la pérdida de su independencia (Puerto Rico, ante la presencia norteamericana) y de su soberanía (Cuba, bajo la dictadura dinástica del clan Castro).
En el Encuentro, más de un centenar de disidentes, opositores políticos, líderes comunitarios, observadores internacionales, activistas sociales, artistas gráficos, creadores audiovisuales, y periodistas independientes de la Isla y el Exilio, participaron en calidad de independientes o a nombre de 55 organizaciones cubanas —32 de ellas radicadas fuera de nuestra Isla. Para mí fue un privilegio poder participar de ese Encuentro fundacional.
Poner de acuerdo en un salón del Hotel Verdanza a tanto pensamiento polémico, a tantos guerreros e intelectuales de todas las tendencias y generaciones, fue en sí mismo una proeza de la concordia cubana, así como un síntoma de que ya es hora de una concertación para poner fin a décadas de castrismo perpetuo, y expandir la esperanza de vivir en la verdad, como un pueblo libre, con garantía de ejercer nuestros derechos ciudadanos sin importar el rincón geográfico dónde residamos. Nuestra cultura es una sola. Como uno solo es el apartheid gubernamental que nos divide violenta pero artificialmente.
Reclamando la amnistía de todos los presos políticos en Cuba; y exigiendo ejercer la libertad de expresión, de asociación, de reunión, de manifestación pacífica, de profesión y de religión, entre otras; los cubanos potenciaremos a partir de ahora la participación del pueblo en las decisiones vitales de nuestra nación, pues consideramos que las libertades fundamentales continúan secuestradas en manos de un régimen que nunca ha ido electo, más allá de su ideología totalitaria y de esa telenovela tediosa entre el Imperialismo y la Revolución.
Para eso el Encuentro Nacional lanzó una estrategia única y participativa: la campaña por un plebiscito vinculante en Cuba a favor de elecciones justas y plurales, bajo un clima de confianza, con garantías de que los ciudadanos puedan ser representados e incluso que se representen a sí mismos. Todo esto a través de tácticas de lucha y resistencia no-violenta, aprovechando las nuevas tecnologías que, aunque hoy son muy censuradas en Cuba, igual son de relevancia para una concientización y movilización ciudadana.
Así lo resume la Declaración de San Juan, que no es un documento partidista, sino que puede interpretarse como el resurgimiento de la civilitud en Cuba, tras demasiado tiempo de órdenes despóticas al estilo de la más decrépita disciplina militar.
Si la intelectualidad cubana despierta, si el arte cubano despierta, si la cultura cubana despierta, entonces —¿por qué no?— la política cubana también ha de despertar. Iremos, pues, de la dictadura a la democracia pasando ante todo por la decencia.
¿Recuerdan el slogan del plebiscito chileno que en octubre de 1988 perdió el general Pinochet? Era apenas un simple “Chile, ¡la alegría ya viene…!” Por lo que tu firma cuenta ahora más que nunca, para que la primera página de nuestro futuro no nazca fósil.
Y para que, más allá de Fidel y de esas imitaciones de Fidel, nunca más retoñe nuestra tétrica tradición de caudillos criminales y cómplices que callan. Acompáñanos, por favor, en Cuba Decide.
One Comment on "¡Cuba, la alegría ya viene…!"
En el Congreso, se aprobó, no se lanzó un plebiscito para cuando las condiciones democráticas estén presentes en Cuba.