The Inverse Logic of Investments in Cuba (Spanish Text)
by Orlando Luis Pardo Lazo / April 14, 2014 / No comments
Rompiendo su rutina de sólo dos reuniones al año, la Asamblea Nacional del Poder Popular en Cuba se reunió el pasado marzo 2014 para aprobar, por unanimidad —como sospechosamente ocurre con todas las leyes que allí se votan desde hace décadas—, una nueva Ley de Inversiones.
- ¿Vale la pena enfocarse en las imágenes y palabras escapadas de la última utopía viviente en la Tierra? ¿Es la Cuba de hoy un país contemporáneo u otro idilio idiotlógico en el desierto ladinoamericano? ¿Nostalgia post-Guerra Fría con culpa o complicidad del Primer Mundo? ¿Cabe confiar que una Rewwwolución en Red removerá al régimen retrovolucionario de 1959? Aspiro a provocar más dudas que certezas. Leer o no leer: he aquí la cuestión.
- Orlando Luis Pardo Lazo nació en La Habana de 1971, donde aún reside y resiste. Como bloguero independiente, es escritor y fotógrafo. Su más reciente libro de ficción se llama BORING HOME (Garamond, 2009). Desde 2010 es el editor el e-zine literario y de opinión VOCES.
Los cubanólogos podrán discutir ahora los detalles legales y las transformaciones sociales que traerá esta Ley para el pueblo cubano y su diáspora.
A nosotros, los cubanos de la Isla o del exilio —o, mejor: los cubanos de la Isla y del exilio, pues la diferencia cada día se nota menos, sobre todo entre las nuevas generaciones—, sólo nos conciernen dos aspectos de esta joya parlamentaria del llamado “socialismo del siglo XXI”:
1) Se consagra que los emigrados cubanos no pueden invertir en la economía nacional que ellos dejaron atrás.
2) Se consagra que los cubanos de Cuba no pueden invertir en la economía nacional que los ha dejado a ellos atrás.
Para ustedes, los empresarios del resto del mundo, los magnates democráticos interesados en invertir en el totalitarismo, también son sólo estos dos aspectos los que deberían importar —e impactar—:
1) Se consagra que los emigrados cubanos no pueden invertir en la economía nacional que ellos dejaron atrás.
2) Se consagra que los cubanos de Cuba no pueden invertir en la economía nacional que los ha dejado a ellos atrás.
Pero hay verdades que ni repetidas mil veces se convierten en verdad. Y lo más seguro es que los inversionistas se hagan los sordos en una y otra cuestión.
Al menos, concédasenos el privilegio desesperado de intentarlo anti-periodísticamente una tercera vez:
1) Se consagra que los emigrados cubanos no pueden invertir en la economía nacional que ellos dejaron atrás.
2) Se consagra que los cubanos de Cuba no pueden invertir en la economía nacional que los ha dejado a ellos atrás.
Inversionistas de todos los países, ¡uníos!